Cierta vez, viajando desde Córdoba hacia Bariloche en agosto del 2002, contemplé extasiado, a través de la ventanilla del ómnibus, la pampa. No miraba hacia ningún sitio específico. Es imposible hacerlo. Si acaso, algunas vacas pastando por allá o repentinamente un árbol, tan sólo un árbol -que es como decir casi nada-, me distraían momentáneamente del hipnotismo de semejante desmesura plana. Si andas y andas y andas, qué encuentras del otro lado: otro horizonte detrás del cual nada hay que no sea otro horizonte adonde se arriba, andando, a otras planicies como las dejadas atrás. No hay principio ni fin. Nunca llegas a ningún horizonte.
Me dije entonces: Es imposible, la Tierra no es redonda.
Me dije entonces: Es imposible, la Tierra no es redonda.
Tomás Barceló Cuesta
19 de junio de 2009
2:32 de la madrugada
1 comentario:
La pampa no es redonda… y para mayores tragedias ahora está toda sembrada de soja transgénica.
Muy buena esta ventana para lanzar tus descargas literarias.
Irina
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